El
mundo no duerme lo suficiente
Un
estudio ha concluido que las presiones sociales podrían estar acortando el
tiempo que se dedica a dormir, contribuyendo a una «crisis global de sueño»
La investigación se ha basado en datos sobre los hábitos de
sueño de 100 países - PLANETCHOPSTICK
ABC.ESMadrid - 07/05/2016 a las 14:15:44h.
- Act. a las 14:38:26h.
Un equipo de matemáticos de la Universidad de Michigan ha usado
los datos de una aplicación gratuita de smartphone para recoger una gran
cantidad de información sobre los hábitos de sueño de miles de personas en
un centenar de países.
Gracias a esto, los investigadores han concluido que las
presiones sociales podrían estar acortando el tiempo que se dedica a dormir,
contribuyendo a una «crisis global de sueño», tal como ha concluido un estudio
publicado este viernes en la revista «Science Advances».
«Las presiones sociales debilitan o enmascaran los ritmos
biológicos, llevando a las personas a retrasar el momento de irse a la cama
y por tanto a acortar el tiempo que destinan a dormir», han escrito los
científicos de la Universidad de Michigan, encabezados por el matemático Daniel
Forger.
Gracias a los datos recogidos con una aplicación destinada a
disminuir los efectos del jet-lag, los investigadores averiguaron que los
hombres de mediana edad son los que menos duermen y que no llegan al mínimo
de siete u ocho horas. Las mujeres, sin embargo, duermen una media hora más que
los hombres, porque se levantan más tarde y se acuestan antes, sobre todo entre
los 30 y 60 años.
Además, aquellas personas que pasan más tiempo al sol tienden a
irse a la cama antes, al contrario de lo que ocurre con quienes pasan más horas
bajo iluminación artificial.
La
falta de sueño: tóxica
Las consecuencias de la falta de sueño no se hacen esperar. «No hacen falta más que unos pocos días
de dormir poco para que acabes funcionalmente borracho», ha dicho Olivia
Walch, coautora del estudio. «Lo que es espantoso es que es que la gente cree
que es capaz de hacer tareas mejor de lo que realmente pueden. Tu capacidad se
derrumba, pero no te das cuenta».
De hecho, según un reciente estudio de los CDC, uno de cada tres
adultos de Estados Unidos no duerme el mínimo recomendado de siete horas, y
esto incrementa el riesgo de obsedidad,
diabetes, hipertensión, enfermedades
cardiacas, infartos y estrés.
Natural
vs artificial
Para llegar a sus resultados, los investigadores tuvieron en
cuenta el efecto de la edad, el género, la cantidad de luz y el país natal
sobre los hábitos de sueño, con el objetivo de extraer patrones.
Después, contrastaron esa información sobre la hora de irse a
dormir con la obtenida en un modelo matemático capaz de simular los ritmos
circadianos humanos, unos comportamientos que se repiten de forma periódica y
sincronizada con el paso del día a la noche. Entre estos, está el ciclo de sueño-vigilia, un importante ritmo biológico que está regulado por un
grupo de neuronas que responde a la cantidad de luz solar que llega a los
ojos.
Gracias a esta simulación, los científicos obtuvieron una
estimación teórica de cómo serían los hábitos de sueño de las personas de forma
natural, sin la influencia de la luz artificial o de las presiones sociales.
En
consecuencia, descubrieron que, de forma natural, las personas se acostarían
más temprano, y que si no lo hacen es porque quizás se «ignoran» o «se
debilitan» las señales biológicas del sueño. «Las discrepancias entre teoría y
datos muestran que las señales solares están presentes pero debilitadas (...)
aunque no está claro si es porque el organismo se adapta a la exposición de luz
o por la presión social», han considerado los autores en el estudio.
,
antihipertensivos, broncodilatadores, etc.
•
Enfermedades o patologías físicas:
como trastornos cardiovasculares, pulmonares, cefaleas, demencias, etc.
•
Cambios fisiológicos: una de las
principales variaciones que afectan al sueño es el envejecimiento; por esta
razón, es frecuente observar en personas mayores una reducción de la cantidad
de sueño y un aumento de la somnolencia durante el día.
Rafael Fenoy Castaño
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